El juego como motor del desarrollo.

Durante la infancia, el juego va a representar una herramienta muy valiosa en la que los niños y niñas van a encontrar mucho más que un tiempo de ocio y disfrute. El juego se convierte en un campo de pruebas, en un tiempo en el que los más pequeños, inexpertos en el mundo que les rodea, pueden permitirse fallos y errores, probar una y otra vez aquello que no terminan de hacer correctamente, y todo con la única intención de pasárselo bien. Durante las distintas fases del desarrollo, los niños van a poner en práctica un tipo diferente de habilidades y capacidades según su edad y nivel de desarrollo; a su vez, cada tipo de juego va a favorecer el desarrollo de un tipo de habilidad diferente; del mismo modo, el tipo de juguete o su ausencia también va a influir en su desarrollo evolutivo. Por eso es importante encajar estas piezas de la manera más adecuada intentando conciliar estos tres factores, edad del niño o fase del desarrollo, tipo de juego y tipo de juguete. Veamos cómo se relacionan.

Las fases del desarrollo infantil, según Jean Piaget, pueden dividirse en 3: de 0-2 años, el estadio sensoriomotor. Durante esta fase, predominan las funciones sensoperceptivas y motoras. Dicho de otro modo, los bebés deben descubrir y aprender cómo es el mundo y cómo puede interactuar en él. Se convierten en investigadores expertos, tocan, chupan, lanzan, golpean y exploran el medio, se arrastran, gatean, se ponen de pie, andan, corren, saltan. Se podría decir que se limitan a conocer el mundo que les rodea, su propio cuerpo y como moverlo.  De 2-6 años, el estadio preoperacional. Estos años pueden verse como la antesala de la escuela. Cobran mayor importancia las funciones cognitivas superiores, como la memoria, el lenguaje, la atención, y aparece un mayor interés por los otros niños. Además, el pensamiento del niño se caracteriza por ser egocéntrico, en el sentido de tener dificultades a la hora de considerar puntos de vista de otras personas. De 6-12 años, el estadio de las operaciones concretas. Aquí es fácil visualizar las capacidades que toman mayor importancia durante los años escolares: la memoria, la atención, el lenguaje, el pensamiento lógico, la aritmética, etc. Además, comienza el desarrollo moral, y el grupo de iguales cobra también un interés especial. A pesar de que perfeccionan y fortalecen una buena parte de sus capacidades y habilidades, tienen dificultades con el pensamiento abstracto, y prefieren experimentar en el aquí y ahora.

Dentro de los tipos de juego tendríamos:

  • Juego de construcción: aparece a partir del primer año, y consiste en apilar o ensamblar diferentes objetos o piezas. Es un juego que irá evolucionando a lo largo del desarrollo infantil y que complementará al resto de tipos de juegos.
  • Juego funcional o de ejercicio: aparecen durante los dos primeros años de vida y consisten en realizar una acción de manera repetida por el placer momentáneo que le proporciona dicha acción. Se pueden dar en la interacción con otras personas, con otros objetos, o estando el bebé solo: chupar, morder, tocar, golpear, sonreír, gatear, balancearse, etc. son ejemplos de este tipo de juego.
  • Juego simbólico: es el juego más típicamente asociado a la infancia, y que suele aparecer en torno a los dos años. Se caracteriza por la simulación de situaciones, objetos, o personas que en el momento del juego no están presentes. Al principio suelen simular situaciones cotidianas que han podido observar con anterioridad, pero con el tiempo el juego se hace más complejos y pueden simular situaciones o personas de ficción. Jugar a barrer, a las “cocinitas”, a “los papás y las mamás”, a los superhéroes, son juegos simbólicos típicos.
  • Juego de reglas: suele aparecer a partir de los 6 años, aunque podemos observarlo antes. Se caracteriza por un juego estructurado de acuerdo a unas reglas que indican cómo ganar o perder. Este tipo de juego puede darse en grupo o en solitario. Algunos ejemplos son “el escondite”, “a pillar”, “el pollito inglés”, etc

Antes de continuar, habría que aclarar que las edades son orientativas, que los tipos de juego pueden aparecer antes o después, así como que los juegos van ganando en complejidad y riqueza a medida que el desarrollo avanza. No será igual el juego simbólico que desarrollen niños y niñas de 3 años, que otros de 7 años.

Teniendo todo esto en cuenta, aportamos algunas recomendaciones para elegir juguetes según distintos tramos de edad:

0 a 1 año.

Son recomendables sonajeros, muñecos y juguetes que tengan contraste de texturas, colores y formas. Es importante comprobar la seguridad de estos juguetes y si contienen partes pequeñas extraíbles, ni que contenga sustancias tóxicas, ya que gran parte de la exploración durante esta edad se va a realizar a través de la boca.

1 a 2 años.

A esta edad ya se mueven con facilidad, bien sea gateando o andando. Son ideales los andadores o correpasillos, minimotos, bicis pequeñas y juguetes por el estilo que fomenten el movimiento. También comienzan a apilar objetos por lo que juegos de construcciones tipo bloques o piezas de madera también son muy recomendables. Los instrumentos musicales les encantan, y son geniales para estimular el ritmo y la discriminación auditiva. Como en la edad anterior, siguen atrayéndoles objetos con contrastes de texturas, colores y formas.

2 a 6 años.

Durante estas edades comienzan a jugar con otros niños en juegos en grupo. Cualquier juguete que favorezca este tipo de juego es ideal. Además, cobra gran importancia el juego simbólico. Juguetes como “cocinitas”, “objetos de limpieza”, “kit de médico” o similares son una gran opción. También se puede estimular el juego simbólico y la creatividad con cuentos o libros adecuados para su edad. Los peques en estas edades son auténticos terremotos, y continúan perfeccionando sus habilidades motoras, por lo que siguen siendo una opción muy buena bicis de su tamaño, patinetes, patines, pelotas, raquetas de tenis o bádminton, o cualquier objeto adaptado a su edad que le permita iniciarse en algún deporte.

6 a 12 años.

Durante estos años “los ya no tan peques” comienzan a interesarse en los juegos de reglas. Por eso una gran opción son los juegos de mesa. Hay una gran variedad en el mercado, aunque será importante fijarnos en la edad recomendada, ya que hay algunos muy complejos. Como dijimos anteriormente, comienzan a manejar la lógica, por eso también se podrían introducir juegos como el ajedrez, rompecabezas, puzles, y similares.

Durante estos años van a preferir jugar en grupo, por lo que es algo a tener en cuenta. Sus habilidades motoras siguen evolucionando, y ya son capaces de adquirir una capacidad considerablemente buena en muchos deportes. Fomentar cualquier actividad física con cualquier regalo asociado con el deporte que les guste va a ser una opción genial.

Como hemos destacado en otras ocasiones, el lenguaje va a estar presente en todo momento de la vida del niño/a, y el juego no iba a ser menos. Sobre todo, a partir del año, que los niños y niñas ya comienzan a decir sus primeras palabras, y su nivel de comprensión aumenta por días. Por eso, cualquier tiempo de juego es una ocasión idónea para estimular la comunicación con nuestro hijo/a. Háblale, haz que te explique, que te cuente, cuéntale, inventa, que invente, en resumen, ¡juega!

Para finalizar, incluiremos unas recomendaciones generales sobre el juego:

  • Que el niño guíe el juego. Que sea él quien nos diga en qué consiste el juego, qué hay que hacer y que nos otorgue un papel para jugar.
  • El juego no es una tarea. Evitar enfocar el juego como algo obligatorio o como una tarea en la que tenemos unos objetivos fijados de antemano.
  • No se necesita estimulación continua. También son muy positivos y necesarios tiempos de inactividad, pasividad, aburrimiento, en los que los peques pueden estar ideando nuevas formas de juego.
  • Ser flexibles en el tiempo. Las prisas no son buenas, y el juego necesita de relajación y tiempo.
  • El respeto al niño/a. Es muy importante que respetemos sus preferencias, y colaboremos con ellos en el desarrollo adecuado del juego. Esto no quita que podamos proponerles diferentes alternativas, incluso modificaciones en el juego, pero debemos respetar sus decisiones.
  • Debe ser una actividad agradable. El objetivo del juego no es otro que pasarlo bien, y si encima podemos pasarlo bien en familia, pues mucho mejor.
  • Y recuerda, el mejor regalo que puedes hacerle a tu hijo o hija, es tiempo contigo.