Mis inicios en fisioterapia en suelo pélvico: Un gran desconocido para mí.

fisioterapia en suelo pelvico

Todavía recuerdo los nervios y mi desconocimiento ante lo que me iba a encontrar en Manresa.

Desde kayas, teníamos (o creíamos tener) una cierta idea de que existía un campo dentro de la fisioterapia
que era necesaria para al menos algunas mujeres (personalmente era tan ilusa que creía que este campo
ayudaría a mujeres que podían haber tenido un parto traumático “un mal parto” y bueno sí, para la
incontinencia… parecía que se estaba oyendo bastante lo de hacer ejercicios hipopresivos para la
incontinencia urinaria (ejercicios que mi compañera Laura ya había incluido dentro de nuestros servicios)
Vamos, que se habían puesto ya de moda. Las celebrities estaban haciendo bien su trabajo.

Hasta ahí era lo que pensaba que me iba a aportar el máster, herramientas para ayudar a repito “algunas
mujeres”, eso y que… iba a ser un año muuuuy largo y muuuuy duro en un lugar para mi demasiado
lejos pues compaginar 2 o 3 viajes al mes desde Yecla a Manresa (justo ese año no estaba en Barcelona),
trabajo en kayas, formación y familia… los meses tienen los días contados y los días las horas que tocan
(no hay más). Es curioso porque en cambio hoy por hoy, subir a Barcelona es más común y fácil para mí
de lo que nunca hubiera imaginado, pero hace 3 años no lo veía para nada así.

Reconozco que desde el primer momento todas mis compañeras / compañero (sí, había un chico) , pese a
que quizás tenían la misma sensación de incertidumbre que yo a la hora de iniciar un máster, no sé si el
hecho de que era la alumna que venía de taaannn lejos el día de antes “la murciana” me acogieron y
mimaron como si fuera de sus familias, siendo hoy en día muchas grandes amigas mías. Eso ya fue un
alivio inicial, y un punto a favor al “schock” que pienso tuvimos todos cuándo ya en el primer serminario
de…. ¿23 creo que eran? Nos dijeron, “venga, haced parejas, una a la camillla de paciente y otra a
explorar periné. Quitaros la ropa” . “¿En serio? Pero si no conozco ni a la chica que tengo al lado!” menos
mal que Ana, ahora gran amiga se rió y se presentó “Hola! Soy Ana! Y tú? Así nos conocemos antes de
conocer nuestras vaginas!” también fue una forma de quitar hierro al asunto…. Ahora nos reímos al
recordarlo pero en ese momento ¡ya no había escapatoria! Era obvio, somos fisios ¿en qué estabas
pensando Esther? ¿en qué curso taller o máster no has hecho prácticas con tu compañera de camilla?
Éste no iba a ser menos… Pues sí… creo que esa fue una primera gran lección para mí.

La mayoría de nosotras no habíamos pasado por ningún embarazo ni parto. Tampoco éramos deportístas
de élite para poder achacar algún problema de pérdida de orina al practicar ejercicios de impactos sin
control… Pues bien, prácticamente a todas nos apareció algún dolor por culpa de algún musculo que
estaba por ahí contraído, o atrofiado por una caida de hace tiempo (por decir algo) … descubrimos
hipertonías generales en compañeras que ni eran conscientes que las tenían y luego resultó ser una de las
consecuencias a los problemas emocionales que tenían en ese momento o de los que estaban saliendo… y
ahora bien, “esa hipertonía…. ¿puede ser que por eso vaya de un tiempo para acá más al baño? ¿es por
eso que a veces me duelan las RRSS?” pues sí… ya en nosotras nos encontramos a nuestras primeras
pacientes con pequeñas o grandes alteraciones o disfunciones que nuestros profesores nos explicaban y
jusfiticaban mientras que al menos yo (y creo que la mayoría del resto de alumnos) estába atónita ¿tantas
cosas puede pasar en esta zona?

Ya no hubo vueltra atrás ¡me enamoré de la fisioterapia en suelo pélvico! El motivo ¿cuántas mujeres
están por ahí con problemas pensando que es normal y no tienen solución? ¿cuantos dolores pélvicos hay
sin resolver? ¿cuántas mujeres que han empezado a padecer disfunciones sexuales y creerán que es
normal? ¿cuantas episetomías están generando dolor y ni si quiera saben que ese dolor SE DEBE
QUITAR?

Mi cabeza no paraba de dar vueltas a tantas y tantas mujeres que tenían que estar por ahí sintiéndose
solas e incomprendidas. Si yo siendo fisioterapeuta, lo que me acerca un poco más al mundo de las
disfunciones en general…. Desconocía todos esos problemas ¿cómo lo van a conocer el resto de mujeres?
Bueno…. Y cuándo llegué al periné masculino ¿los hombres sabrán que esos dolores, alteraciónes
urinarias, problemas de ereción quizás podrían mejorar o solucionarse con la fisioterapia? Otro gran
shock para mí.

Pero ya, lo que me tocó el corazón fue descubir lo mucho que afecta un proceso de cáncer tanto a hombre
y mujeres en esta esfera (además de todo lo que conlleva en el resto del cuerpo y a nivel psicológico).
Otra vez la eterna pregunta en mi cabeza ¿cuántas mujeres tras el tratamiento han comenzado a tener
alteraciones y quizás ni lo hayan compartido con sus parejas? Pérdida o disminución de lubricación,
atrofia vaginal, dolor pélvico crónico, anorgasmia, dolor coital… tantas disfunciones y tan graves que
pueden alterar la calidad de vida de una mujer… la seguridad en sí misma, el impacto en su
autoestima…. Y sobre todo, después de superar una enfermedad como el cáncer, de la misma manera que
los efectos secundarios como alteración en el calcio de los huesos, dolores, rigidez… no se les suele
comunicar previamente al paciente (directamente lo sufren sin previo aviso) ¿como le iban a explicar que
les podría afectar a su salud sexual e íntima? Si ya es un tabú social importante que no abordaban hasta
ese momento médicos de familias, especialistas e incluso algunos ginecólogos (algo que por suerte ya ha
cambiado) pues todo era normal (la pérdida de deseo, los dolores, la atrofia vaginal… todo normal) … no
me imaginaba a un oncólogo explicándo a la pacientes que a partir de ahora podría padecer alguno de
estos síntomas.

Lo tuve claro. Todavía estaba estudiando el máster y ya me puse manos a la obra para ver de qué manera
podía acercar este mundo a todas estas… como era “¿algunas mujeres?” NO ¡a todas las mujeres!

En ese primer seminario comprobé cómo mujeres que no habíamos sido madres podíamos tener ya
problemas o estar iniciándose el inicio de ellos, tras los partos… en fín… el embarazo y los partos hacen
sus estragos en toda la esfera perineal. La edad también juega su papel en nuestra contra y entre la
gravedad, la disminución de estrógenos….y Coincidiéndo muchas veces con la menopaúsia ¡otra lista de
problemas para sumar al carro de alteraciones que podemos estar sufriendo ya! Y con el cáncer… ¿en qué
edad una mujer se somete a radioterapia, quimioterapia, intervencion quirúrcia? Por desgracia no hay
edad… por lo que incluso una chica de 20 años, antes de ser madre, puede estar sufriendo los efectos
secundarios de estos tratamientos en su periné y sin la ayuda que necesita para abordarlo y poner los
medios para tratarlo.

Es un camino que desde que lo iniciamos, ya está dando sus frutos pues son muchos los testimonios de
mujeres que hemos podido ayudar. Ésto nos da alas para seguir formándonos y seguir cumpliendo así
espectativas de nuestros pacientes : informar, prevenir, tratar y en definitiva….. AYUDAR, no sólo a
mujeres, pacientes de oncología o no, hombres y niños… es nuestro objetivo y vamos a seguir trabajando
en ello.

Menos mal que pese a que pensaba que iba a ser duro, no tuve miedo de hacer las maletas para ir a
Manresa, 🙂