No hagas dieta, cambia tu estilo de vida.

“El lunes empiezo”, “Me voy a poner a dieta para la boda”, “Cuando pase Navidad empiezo con la dieta”… Éstas y otras muchas frases de este tipo las hemos dicho en algún momento de nuestra vida sobre todo cuando hemos tenido una lucha continua con la comida porque no logramos conseguir un peso saludable con el que encontrarnos bien con nosotros mismos, porque tenemos problemas de salud o porque no logramos otros objetivos personales, como pueden ser los deportivos. 

El hacer “una dieta” implica un periodo de tiempo, con un principio y un final. Si después de conseguir un peso y una composición corporal adecuada volvemos a comer de la misma forma que lo hacíamos antes de empezar “la dieta”, volveremos a recuperar ese peso y esa composición corporal. Por lo tanto cambia el chip y afronta el tema de una manera diferente. No se trata de ceñirte a un menú en el que tengas que obsesionarte con los “alimentos prohibidos”, tener unos niveles de ansiedad tan elevados que estés deseando a todas horas dejar de hacer “la dieta”, no cuentes calorías todo el día, ni los pasos que tienes que dar para quemar 2 galletas. Estamos rodeados, por no decir asfixiados, de alimentos procesados muy altos en azúcar, sal y grasa que resultan muy agradables para nuestro paladar y al mismo tiempo muy nocivos para nuestra salud. Para poder afrontar una alimentación saludable y disfrutar de todos los sabores que nos van aportar los alimentos de verdad como la fruta, verdura, legumbres, cereales y comidas poco condimentadas, debemos reeducar nuestro sentido del gusto, que tan alterado tenemos por este tipo de productos procesados y por lo tanto dejar de consumirlos y de esta forma encontrar el sabor dulce en una manzana y no en una chocolatina. Debemos tener una actitud positiva a la hora de consumir alimentos que sabemos que nos van aportar los nutrientes necesarios para gozar de una buena salud y conseguir una mejor composición corporal. Se trata de disfrutar con lo que estás comiendo y valorar los beneficios que te aporta.

 

A veces buscamos el placer en la comida y normalmente elegimos comidas muy calóricas y poco saludables. Esto va a ser un placer momentáneo, sin embargo puede traer problemas a largo plazo. Asociamos las comidas con familiares y amigos con grandes “comilonas” pero también podemos preparar estas reuniones con una mesa llena de comida saludable porque la buena compañía no va a cambiar aunque el postre sea fruta en lugar de una bandeja de pasteles.

 

No te machaques en el gimnasio haciendo algo que no te gusta porque tienes los días contados. Busca una actividad física que te guste, que la disfrutes, solo o acompañado, pero que vaya contigo.

 

Un sobrepeso excesivo o una obesidad no son solo kilos de más. Son limitaciones que muchas veces no queremos asumir. Tu día a día está condicionado por tu exceso de peso. Párate a pensarlo y da el salto para salir de esa “zona de confort” que acabará asfixiándote, porque a partir de ese momento vas a descubrir cosas increíbles.

No hagas dieta. Desaprende ciertos hábitos y aprende otros que te llevarán a gozar de una buena salud a todos los niveles.

Y porque una imagen vale más que mil palabras: 

SOMOS LO QUE COMEMOS Y LO QUE NOS MOVEMOS

NO PONGAS LÍMITES A TUS SUEÑOS