El embarazo es una etapa en la vida de la mujer en la que su cuerpo sufre muchísimos cambios, por eso te proponemos estos ejercicios durante el embarazo. Cambios que, a su vez, provocan molestias, trastornos o dolores que, en muchas ocasiones, poco tienen que ver de una mujer a otra, incluso de un embarazo a otro en la misma persona.
Cuando viene una mujer embarazada me gusta explicarle los cambios que sufre su cuerpo, sin entrar tanto en la esfera hormonal o emocional, que para nada es menos importante que los cambios del propio cuerpo físico (parte fundamental que hay que aprender a escuchar y a entender). Me gusta partir de la pelvis y explicar cómo sus huesos deben moverse para dejar espacio para el desarrollo del bebé y prepararse así para el momento del parto. Este fenómeno ya va a definir lo que ocurre en el resto del cuerpo: va cambiando el eje de gravedad y, con ello, pueden sentirse más torpes. La apertura de la sínfisis púbica va a dar lugar a un cierre en las articulaciones sacroiliacas y, con ello, también posibles dolores, por la “modificación” en la musculatura de caderas, pelvis y por supuesto en la musculatura propia del suelo pélvico… Y, si hablamos de cómo los cambios en una musculatura concreta afecta al resto de cadenas musculares de todo el cuerpo, podríamos llegar a justificar dolores y cambios en su cuerpo a niveles que ninguna mujer podría haber sospechado antes de este proceso, pero ¿estos cambios condicionan de tal modo a que siempre exista dolor? Por supuesto que no. Como ya he dicho, cada persona, cada paciente, cada parto es único , así como sus circunstancias y el momento presente que vive y ello va a condicionar también su estado de salud general, y, por supuesto, si además, a ello le sumamos un embarazo, las posibilidades son infinitas, por eso mismo, porque nunca van a ser igual.
Pese a ello, entendiendo esto y habiendo estudiado los cambios a los que se somete el cuerpo, si la mujer tiene una buena información de lo que está viviendo, y aprende a escucharse y a cuidarse, podemos hacer que sea una etapa en la que los momentos de disfrute sean mayores que otras muchas fases que son más… ¿dolorosas? ¿incómodas? Fases en las que en algunos foros en los que se habla de las maravillas del embarazo y la maternidad, poco o nada se dice.
Algo que ya hemos comprobado muchos fisioterapeutas es que el movimiento y el hacer ejercicios durante el embarazo es fundamental para prácticamente todos los problemas en los que el dolor juega un papel fundamental, y, bajo mi punto de vista y experiencia, en el embarazo también podemos decir lo mismo.
Además, si durante el embarazo se va entrenando un patrón respiratorio correcto, se pueden mejorar síntomas como dolor cervical, ardor o acidez o dolores costales, entre otros muchos. Tenemos también más posibilidades de que, durante el parto, la futura mamá sea capaz de realizar una respiración en la que, junto con la ayuda de la matrona y el ginecólogo, pueda realizar un trabajo de parto mucho más efectivo, sin olvidar que el cuerpo de la mujer está preparado para ello y por tanto escuchando el propio cuerpo te lleva de manera instintiva a saber qué debes hacer en cada momento. Con todo, en la preparación al parto, junto con los ejercicios de musculatura del resto del cuerpo, es fundamental incluir también ejercicios del suelo pélvico para que esté en las mejores condiciones posibles. Esto es además un punto de partida para toda mujer, ya que, en el caso de que sea su primer embarazo, será para muchas de ellas la primera toma de contacto con el misterioso y “oculto” mundo del suelo pélvico, y sus cambios ya que (por desgracia para nosotras) suelen aparecer sus primeros problemas ; otro gran desconocido hasta esta fase de la vida en la mayoría de los casos, pues también pueden darse disfunciones de suelo pélvico antes incluso de esta etapa. Un trabajo correcto a nivel muscular y articular de todas las articulaciones que más se ven afectadas durante esta etapa, así como un trabajo global en todo el cuerpo, ayuda muchísimo a la hora de acompañarlo en estos cambios a los que se enfrenta para la llegada al mundo del bebé.
El final del embarazo es una etapa de la vida en la que, por mucho miedo que haya, por muchos libros que se lean, por mucho que se les cuenten, que piensen cómo va a desarrollarse todo , o mejor aún, que ideen cómo va a ir el parto, (pues muchas veces se planea un parto en el que no está mal para nada conocer las posibilidades y hacer un plan de parto con la matrona pero teniendo en cuenta que hay que estar preparados a que puede cambiar en cualquier momento. Ese momento será como tenga que ser y como la matrona o el ginecólogo consideren que va a ser lo más seguro para el bienestar de la madre y el bebé (hay que confiar en los profesionales que están ahí por vocación, por ayudar y porque con ese fin se han formado para ello). Ninguna mujer está realmente preparada porque nunca ha pasado por algo parecido, pero, sin embargo, aunque parezca una contradicción, luego TODAS descubren que, por el contrario, aunque nadie se lo ha dicho, por supuesto que están preparadas y, además, de la mejor manera, que es ni más ni menos que la suya. También, de repente, todas descubren que, pese a que a veces el miedo les hace pensar lo contrario, todas, sin excepción, están preparadas para ser las mejores madres para sus bebés, algo que todos los profesionales que trabajamos en esta etapa con ellas ya sabemos de antemano, profesionales que, como yo, deseamos seguir aprendiendo día a día para acompañarlas en esta etapa tan especial que viven con la misma incertidumbre que ilusión.